miércoles, 5 de octubre de 2011

5 de 30 - Recuperando espacios con alegría

De parte de Mache (Maria José Treviño)


Mache trabaja diariamente por hacer un mundo mejor a través de la inclusión de las personas con discapacidad a la sociedad


"Samara, te comparto una historia que me sucedió ayer... feliz Cumple con Sentido!

Iba manejando por las calles de Monterrey, en sábado por la mañana, con algo de tráfico. En eso, llamó mi atención un grupo de adolescentes cercanos a un semáforo, en el cruce de 2 avenidas. Eran como unos 30 o 40 jóvenes, repartidos en cada esquina y hasta en los camellones centrales.

Todos vestían camisetas iguales, color celeste, y algunos traían pancartas que no alcanzaba a ver. Quedé muy atrás de ellos cuando me tocó luz roja. Se acercó una jovencita a mi auto, con una sonrisa, y bajé el vidrio para escucharla, suponiendo que se trataba de alguna colecta.

"Hola, te invitamos a rezar el rosario y pedir por la paz", dijo mientras me entregaba una hojita enrollada al centro de un decenario. Le agradecí, y me compartió rápidamente el horario en el que estaban invitando a todos a rezar en una iglesia cercana.

La luz cambió, y seguí mi camino. Cuando pasé junto al resto del grupo, pude ver cómo varios jovencitos alzaban sus pancartas, y pude leer un par de mensajes: "Ella te AMA" (con una virgen sonriente delineada en plumón), "Reza por la PAZ" (enmarcado en un dibujo de un rosario).

Los coches pasábamos y los saludábamos con un bocinazo, y todos los de camiseta celeste saltaban y gritaban alegremente en respuesta. Mirando alrededor, pude ver cómo la gente que pasaba caminando o esperaba el camión, también sonreía al observarlos.

Me conmovió profundamente - punto y aparte de mis creencias religiosas -; me llenó de emoción ver cómo un montón de adolescentes eran dueños absolutos de la calle en un sentido positivo y propositivo... dueños de esas mismas calles donde muchas veces pasamos con temor y desconfianza... Me llenó de esperanza verlos promoviendo la paz y el amor a pleno sol, regalando un pedacito de su sábado con grandes sonrisas, cuando bien pudieran estar haciendo cualquier otra cosa...  Me dejé contagiar con enorme gusto, de su entusiasmo y su alegría, como todos los que pasamos por ahí...

Y mejor aún, sé que así como ellos, somos muchos haciendo el cambio, cada uno con acciones pequeñas y grandes desde donde estamos... ¡como estas historias maravillosas que aquí se van sumando! ¡Gracias!"

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